En la Alhambra está todo muy bien organizado para que las personas con movilidad reducida puedan acceder a los distintos espacios. Y el personal es muy amable. En Granada las cosas no son tan fáciles porque hay muchísimas escaleras, calles muy estrechas y con mucha pendiente, sobre todo en el Albaicín.

La ciudad está muy poco adaptada para las sillas, pero es normal son calles antiguas estrechas.

Granada no es fácil para personas con movilidad reducida

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